martes, 13 de septiembre de 2011

Comienzo próximamente

Finalmente todas las entradas ya publicadas serán editadas y extendidas. Una vez comience la historia de nuevo suprimiré las antiguas, asi que que nadie se asuste.

jueves, 28 de julio de 2011

(2) Los candidatos (II)

El hombre se molestó en dedicarme una sonrisa ante mi aparentemente inesperada respuesta.

“Bueno, en realidad es posible que este trabajo se desarrolle en entornos hostiles”

Los tres nos miramos, Aaron estaba poniéndose pálido. ¿Entornos hostiles?¿A eso eran debidos los casi 5.450 dólares netos al mes?

“Es un farol”-dijo seguro Paul-“llevamos semanas escuchando gilipolleces, esto es simplemente para saber quien aguanta más de todos. No se gasta mucho dinero imprimiendo papeles y pagando vigilantes, pero, supongo que los costes médicos de la fase dos, por no hablar de posibles movidas judiciales serán más costosos, ¿me equivoco, señor..?”

“Para usted, “señor” a secas Paul, y no se preocupe, todo está acordado ya con los participantes. Así que si eso ha sido una amenaza caballero creo que estamos perdiendo el tiempo con usted”

El señor estaba ahora evidentemente molesto, y Paul agachó la cabeza y comenzó a mirar al lugar más lejano posible de la conversación, el hombre sacó nuevas tarjetas de su bolsillo, esta vez con un teléfono local escrito.

“Piénsenlo caballeros, y piénselo muy bien. Necesitamos personas que no nos abandonen en mitad del viaje. Y puede que lo hagan, reconozco que algunas de las cosas que pueden ver pueden impactarles. En estas carpetas, tienen toda la información que necesitan saber”

Y entonces nos dio un grueso volumen de papeleo y folletos, añadiendo que, por favor, no los difundiéramos a nadie.

“¿Y ya está?¿Eso es todo?¿Para eso nos hacen venir aquí?” Las preguntas de Aaron reflejaban el sentimiento colectivo cuando el hombre se levanto y se fue, de nuevo sonriente. La secretaria que nos hizo pasar nos acompañó al aparcamiento, recordándonos que no deberíamos dar nuestros nombres. Me despedí pues de Aaron y Paul y volví a mi casa sin saber muy bien que hacer el resto del día.


Mi novia me encontró sentado en el salón mirando la carpeta sobre la mesa como quien mira un arma de destrucción masiva sin saber que hacer con ella. Quiso saber que era claro, y yo me negué de la forma más educada posible. No pareció muy convencida de mi respuesta, y esa noche no pude apenas satisfacerla de los pájaros que tenía en mi cabeza. En ese momento empecé a pensar que esta situación, que ya parecía una broma pesada de cámara oculta, me podía costar más de lo que pensaba.


Han pasado tres días, y estoy leyendo los documentos aprovechando que Lisa está trabajando. Muchos de ellos son folletos de propaganda, acerca de los grandes planes de futuro que GeMoCell prepara para la humanidad. También hay catálogos de productos, y DVDs promocionales. Pero entonces ayer encontré una carpeta con una etiqueta que rezaba “Sólo para personal autorizado”. Mi complejo de cotilla se apoderó de mí y comenzé a ojearlo. Lamenté haberlo hecho enseguida.


Resulta que la aparentemente inofensiva aunque no por ello precisamente falta de fondos GeMoCell, ha estado conduciendo una serie de ensayos clínicos en varios países del mundo, sobretodo para probar nuevos antivirales, que es lo que vende hoy en día. Me basta mi moralidad y mis escasos conocimientos de derecho internacional como para saber que no son trigo limpio, porque lo primero que anuncia cada archivo es que los sujetos de pruebas no sabían a que estaban siendo expuestos. Los medicamentos y vacunas provocaron algunso efectos adversos, y algunas personas parece ser que fallecieron. Y todas y cada una de ellas procedían de aldeas y poblados donde no existían los abogados y el concepto de “red de banda ancha” sólo servía para pescar.


He ido a beber agua al grifo de la cocina, con una mezcla de miedo, ira y sorpresa. ¿Cómo es posible que me dieran, o nos dieran, estos documentos?¿Se les había transpapelado por error?¿Era todo parte de la broma, o una prueba más?¿Debería acudir a la policía, a la competencia, a alguien? Mientras mi mente se encuentra ya por su segunda vuelta alrededor de Ganímedes los he visto desde la ventana de la cocina. Los dos van ataviados con gabardinas impropias para el verano, con gafas de sol, y uno de ellos lleva lo que parece una placa policial en la mano.

Llaman a la puerta, a ver que quieren, que me vienen como caídos del cielo parece ser.

miércoles, 27 de julio de 2011

(1) Los candidatos (I)

Nos hicieron pasar a los tres a una sala con las paredes llenas de azulejos. Parecía una especie de sauna, o quizás un antiguo quirófano. Mis dos "rivales" tenían la misma cara que yo, rostros que denotaban ante todo incertidumbre.

Un hombre de unos cincuenta años, barba cuidada y pelo negro salpicado por las canas nos esperaba dentro sentado en un taburete. Nos prohibió decir nuestros verdaderos nombres, no tanto por cuestiones de seguridad, como todo hasta ahora, sino para evitar "establecer lazos afectivos innecesarios". Entonces cada uno de nosotros recibió una tarjeta con un nombre escrito: Aaron, Brian y Paul, que fue el que me tocó a mí.

Durante las semanas anteriores, me tocó pasar por una serie de pruebas. Únicamente las primeras resultaron ser las que yo esperaba, con técnicos observándonos desenvolvernos en un laboratorio. Éramos creo que unas veinte personas, y sólo dos de ellas fallaron y no pasaron la primera criba: un chico que se derrumbó al tener a varias personas ataviadas con bata y bolígrafos analizando todos sus movimientos y una chica a la que le sucedió alguna clase de percance personal. Ahí no había problema en conocernos entre nosotros, yo mismo me relacioné bastante con un recién doctorado llamado Steven. Pero entonces los tubos eppendorf y las pipetas fueron sustituidos por una serie de cuestionarios y tests. Algunos eran evidentemente para realizar informes psicológicos, pero otros carecían de cualquier sentido, con preguntas que parecían sacadas de un libro infantil. Cuestiones como "¿estarías dispuesto a proteger con tu cuerpo a Scobby-Doo de una furgoneta descontrolada?" aparecían de repente después de "¿Como definirías la relación con tu madre en dos adjetivos?".

Ahí fue cuando los candidatos empezaron a caer como moscas. Steven de repente se levantó en mitad de una de las pruebas, rompió sus papeles, y se fue escupiendo maldiciones. La verdad es que aunque algo exagerado por su parte, el cabreo era justificado. Al fin y al cabo, dos semanas de cuestionarios de 9 de la mañana a 8 de la tarde, con tres descansos para comer y reposar, enervan a cualquiera. Mis días se completaban con cerca de 2 horas de viaje de ida y vuelta, unas cervezas con amigos a los que no podía contar nada de esto, y una deteriorante relación con una novia a la que no podía siquiera contestar que ese día volvería a llegar tarde por culpa de los malditos tests.

Tras creo que fueron más de cien cuestionarios diferentes, sólo quedábamos 6. No todos ellos estallaron en mitad de la prueba, por lo que sabemos a algunos se les notificó que no volvieran al día siguiente. Se nos dió una semana de descanso, recomendándonos hacer algun tipo de escapada vacacional. Yo fui a comer a casa de mis padres, si sirve de algo. Entonces nos citaron en un polígono industrial a las afueras de Los Angeles-en el otro lado de la ciudad que las oficinas centrales donde hicimos las pruebas anteriores-y ahí sí que fue donde todo se salió de madre, con la llamada fase dos. Supongo que llegué hasta aquí porque antepuse a todo el generoso sueldo que me aguardaba si era el primero en cruzar la puerta.

El hombre nos hizo una serie de preguntas, muchas de ellas banales, acerca de nuestra opinión sobre las pruebas. Reiteró en varias ocasiones que no podíamos decir nada de nuestra vida privada. También dijo que los tres habíamos hecho lo mismo para acabar aquí, y a efectos prácticos nos debíamos considerar iguales, y merecedores del puesto. Pero claro, todo tiene un pero, y este era evidente: sólo uno de nosotros conseguiría el puesto.

Después de interrogar a "Paul" me tocó a mí. "Dime Brian, ¿como crees que tu actitud en la fase dos puede ayudarte para tu posible próximo trabajo?"

Con la mejor de mis sonrisas le dije que no sabía para que un postdoctorado necesitaría, aunque fuera norteamericano, nociones de armas de fuego para trabajar en un laboratorio.

(0) Primeros pasos

Buenos días! Al fin he decidido recurrir a la escritura como método de escape y distracción para las inevitables y espero lejanas, tensiones del día a día.

Estoy muy liado ahora mismo, firmando claúsulas una detrás de otra sin descanso. no negaré que más de una vez me he preguntado que estoy haciendo con mi vida en este sitio. Y bueno, lo de "sitio" es un decir, porque he estado, en los últimos 3 meses, en casi una docena de lugares diferentes, haciendo cosas que no tienen ninguna relación entre sí. Pero parece que todo va a cambiar ahora, y que la cosa se va a poner interesante. Tanto papeleo tiene que ser por algo.

Me temo que no voy a poder contar todo lo que haga, y no me refiero a las cosas que haga con mi chica sino a mi día a día laboral. No puedo ni especificar que clase de acuerdos he firmado para llegar hasta aquí. Os puedo tranquilizar diciendo eso sí que no estoy haciendo nada ilegal, sólo son cosas de la empresa y relaciones con la competencia.

Hablando de la competencia, aquí vienen los otros candidatos, os dejo, espero no haberme ilusionado demasiado antes de tiempo